87. Mitología animal en el arte rupestre europeo

    * “Jean Clottes ha realizado un recuento del arte arte paleolítico europeo que deja una frecuencia de 3.558 animales: Caballos (27,5%), Bisontes (21%), Cabra (9%), Uro (5,2% una especie de Toro), Mamut (8,2% Rouffignac en la Borgoña francesa), Ciervos (5,5%), Reno (3,7%), León (2,1%), Rinoceronte (2%), Oso (1,7%) y menos del 1% para otros animales como cánidos, lepóridos, reptiles, aves y peces.

    Llama la atención que solo una docena de animales sean los representados en las Cuevas, pudiendo escoger entre muchos más. También que entre Caballos y Bisontes sumen un 48,5% del total. Y por último que no coincide la fauna representada y la consumida, lo que podría significar que las especies representadas constituyen una especie de bestiario simbólico mantenido por razones culturales a lo largo del tiempo.” Almaleonor, “El arte paleolítico”

 

    * “En el arte de las cuevas el animal es el que reina, ser supremo, y se dibuja de modo exquisito y minucioso; está maravillosamente coloreado y vibra, lleno de vida. […] ¿Cuál es la naturaleza del vínculo entre humanos y animales que hace de este arte algo tan conmovedor? […] Es difícil percibir la inmensidad del lapso de tiempo en que fueron utilizados estos santuarios, dibujando los artistas posteriores sus propias imágenes sobre las que ya tenían miles de años de antigüedad. Esto nos lleva a preguntarnos por la causa y el modo en que perduró durante tanto tiempo esta religión de las cavernas. […] Un tercio de todos los animales de las cuevas son caballos. Bisontes y uros constituyen cerca de otro tercio. En torno a un décimo del total de los animales son venados o ciervas. De modo extraño, los renos, cuyos huesos han sido encontrados profusamente en Lascaux, apenas aparecen en las pinturas. Ello hace que nos preguntemos la razón por la que el caballo y el bisonte/uro se representaban más que cualquier otro animal. Por supuesto, debieron haber convivido cerca de los humanos y fueron esenciales para la supervivencia de éstos, más también debieron poseer un carácter mítico.

    Son todos animales poderosos y de gran fertilidad, y los cuernos del bisonte y del toro, con la forma de la curva de la luna creciente, puede que simbolizaran las fuerzas regeneradoras de la vida […] la Diosa que sujeta en la mano un cuerno de bisonte, como aparece en Laussel.

    Al caballo es posible que se le haya otorgado un significado sagrado similar. […] En algunas zonas del mundo es el guía de las almas de los muertos y también transporta al chaman en el vuelo extático del alma hacia regiones prohibidas. La yegua aparece casi siempre preñada en las pinturas de las cuevas, en ocasiones junto a una rama o planta; esto sugiere que cumplía una función simbólica en los rituales de fertilidad estacionales y de renovación de la fuerza vital.” Anne Baring y Jules Cashford, “El mito de la Diosa”