18. La vulva, dónde brota la vida

    * “Una de las representaciones más antiguas del principio femenino son los grabados y relieves de vulvas, de la época auriñaciense. Como aparecen relacionados con semillas, brotes y retoños de plantas, así como con símbolos del agua (meandros, zigzag, líneas paralelas, redes, etc.), simbolizan la generación de la naturaleza y no sólo la generación humana. […] En una palabra, el humano prehistórico, que prestaba una atención tan grande al misterio de la vida y de su generación, habiéndose dado cuenta de que la vida surgía tanto de la semilla vegetal como de la vulva humana, establece un paralelismo entre ambos elementos. Según ese pensamiento, procederá a representar vulvas simbólicas sagradas, creando así una metáfora cósmica que perdurará durante muchos siglos en Europa. Nada menos que durante 30 milenios” Josu Naberan, “La vuelta de Sugaar”

 

    * “En épocas muy anteriores al inicio de la agricultura, el arte ya recogía representaciones de vulvas, así como de semillas o brotes. Las representaciones más antiguas de la divinidad femenina datan del auriñaciense, unos 30.000 años a.c. y eran vulvas como pars pro toto grabadas en las rocas (de las cuevas francesas de Blanchard, Castanet, La Feriase y en las proximidades de Les Eyzies). La vulva auriñaciense es, en la mayoría de los casos, abstracta y esquemática; normalmente semicircular, triangular o campaniforme, con un trazo o punto en su interior, indicativo de la entrada vaginal. La importancia dada a las vulvas en figurillas de épocas posteriores, pone de manifiesto que las del Paleolítico Superior no eran meramente signos femeninos, simple expresión fisiológica, sino que simbolizaban la vulva y el seno de la propia Diosa. […] La vulva fue representada, bien como un triangulo sobrenatural que se asocia al simbolismo acuático, bien como una semilla y un brote, o bien como una vulva oval, hinchada como si estuviese dispuesta para el parto. Cada una de estas formas tiene su propio significado: el primero es el útero cósmico de la Diosa, la fuente del agua vital; el segundo es el brotar de la vida y el tercero es el parto. […]

    Las representaciones de mujeres desnudas con triángulos púbicos muy acentuados o vulvas inflamadas, se extiende a lo largo de todo el Paleolítico Superior; la vulva es manifiesta en varias Venus gravetienses: en una figurilla en miniatura de Monpazier (Dordoña) puede verse que la vulva está representada en un momento pre-parto (foto inferior izqda.); otra figurilla de Moravany (Eslovaquia) aparece con un prominente monte de venus; en Angles sur l´Anglin se encontró un friso con tres desnudos esculpidos con las vulvas exageradas (foto inferir dcha.). El centro de atención de estas figuraciones es la vulva, ya que ni la parte superior del torso ni los pies están representados.” Marija Gimbutas, “El lenguaje de la Diosa”