* “Según la sexóloga francesa Maryse Choisy […] el útero es el centro del sistema erógeno de la mujer y actúa como una caja de resonancia de placer; Choisy habla de un orgasmo cervico-uterino que por lo general se confunde con el orgasmo vaginal, y que es el más intenso, de mayor placer y se extiende por todo el organismo:
El orgasmo femenino auténtico no se produce ni en el clítoris, ni en la vagina. Tiene su origen en el cuello del útero. El orgasmo cervico-uterino difiere radicalmente de todos los otros placeres en intensidad, en profundidad, en calidad, en ritmo sobre todo y en extensión. Es más difuso. Termina por abarcar el cuerpo entero. Asegura que la expresión ultravaginales, a veces utilizada para describir los orgasmos profundos e intensos, en realidad debe referirse al uterino. Choisy añade: Un día las chicas descubren solas, que el gesto de apretar los muslos o las nalgas, un poco más fuerte de lo habitual, les procura un orgasmo situado en alguna parte profunda de su interior.
[…] Cuando se recupera en alguna medida la conexión neuromuscular con el útero, su latido se percibe durante el orgasmo, como una ameba que se encoge un poco para enseguida distenderse suavemente, distensión que se siente como un movimiento del útero hacia abajo, como un movimiento ameboide; o como el de un pez que se deslizase en el interior de la cavidad vaginal. Sin embargo, la socialización de las niñas en la inhibición sistemática de las pulsiones sexuales, hace que dichas conexiones musculares no se establezcan, y por eso nos hacemos adultas sin sentir o percibir el útero: es la socialización en la ruptura de la unidad psicosomática entre la conciencia y el útero […]
Sin embargo, en la antigüedad se conocía perfectamente la función sexual y erógena del útero; un ejemplo: en los tratados de sexualidad tántrica, el yoni se suele traducir por vagina, aunque en sánscrito quiere decir literalmente útero. No pudiendo, o no queriendo entender qué pinta el útero en la sexualidad femenina, se inventan la traducción de yoni por vagina y nos presentan los dos órganos sexuales, el masculino, el lingam (el pene) y el femenino, el yoni, la vagina. No cabe mejor representación de la castración patriarcal de la mujer que la traducción de yoni por vagina. Como dice Choisy, la vagina es el canal que conduce al verdadero órgano sexual de la mujer, el útero, que una vez desconectado de la conciencia, desaparece, se invisibiliza […] Ambroise Paré afirma que el deseo y el placer comienzan cuando el útero comienza a temblar. Dice textualmente que los juegos amorosos previos a la cópula son necesarios hasta que ella se embargue de deseos del macho, lo que sucede en el momento en que la matriz tiembla […] El temblor del útero siempre es el comienzo de una excitación sexual.” Casilda Rodrigañez, “Pariremos con placer”