* “Las mujeres han estado históricamente vinculadas a las llamadas actividades de mantenimiento, relacionadas con la preparación del alimento y la preservación de unas adecuadas condiciones de higiene y salud, además del cuidado del resto de los miembros del grupo y de la socialización de los individuos infantiles. El problema es que se trata de actividades que siempre se han minusvalorado y englobado en el depreciado concepto de doméstico.
Tradicionalmente, se ha considerado que no requieren ningún tipo de tecnología, experiencia o conocimientos para su desarrollo. No obstante, se convierten en fundamentales para cualquier sociedad, independientemente de cuál sea su modo de subsistencia. […]
En sociedades como las prehistóricas, la alimentación de los individuos infantiles mediante la lactancia era un recurso fundamental y esto pudo vincular a las mujeres a las actividades de mantenimiento y al espacio domestico pero sin que eso significara necesariamente desigualdad o subordinación. El menosprecio hacia estos trabajos es una construcción posterior de la sociedad patriarcal en la que vivimos. […]
Los estudios etnográficos sobre sociedades actuales demuestran que lo extraño es encontrar una actividad que sólo acometan hombres o mujeres. El reparto de trabajo es una construcción social y, por tanto, cada sociedad la gestiona como mejor entiende. En las sociedades de la prehistoria no tenemos datos que nos lleven a pensar que las mujeres no cazaban o que no intervinieron en determinadas producciones, como la talla de piedra.
[…] Las mujeres son las grandes olvidadas de las sociedades prehistóricas. Tenemos la visión de que el individuo-tipo de esa época es un adulto masculino, prácticamente occidental, y nos olvidamos del resto de miembros del grupo: individuos infantiles, mujeres e individuos de edad avanzada. No considerar las actividades que realizan o su importancia social supone un déficit para la disciplina arqueológica y para las interpretaciones que hacemos de las sociedades del pasado.
Mi principal interés se centra, por un lado, en reivindicar el trabajo que las mujeres han realizado históricamente, mediante las actividades de mantenimiento. Se trata de procesos que necesitan la aplicación de conocimientos tecnológicos y especializados y que, sobre todo, son imprescindibles para el mantenimiento del grupo social.
Por otro lado, debemos entender, que excepto la gestación y el parto, nada está determinado biológicamente. Por ello, el desarrollo de las actividades de mantenimiento no está vinculado en exclusividad a uno u otro sexo y, por tanto, podemos buscar nuevas formas de construir la convivencia de mujeres y hombres en igualdad.” Entrevista a Margarita Sánchez Romero, “Las mujeres son las grandes olvidadas de las sociedades prehistóricas.”